La Parranda es el bar ideal para disfrutar de la mejor comida mexicana bajo el mejor ambiente de la ciudad. Sin embargo, a raíz de la construcción del paso deprimido muchos de los restaurantes de la zona bajaron sus ventas considerablemente, y La Parranda no fue la excepción.
El reto era incrementar el numero de comensales a través de una campaña publicitaria que pudiera conectar con su mercado. No queríamos hacer una campaña que solo estuviera basada en las promociones del lugar, queríamos crear un concepto suficientemente fuerte para que pudiera ser viralizado. Necesitábamos encontrar un concepto que pudiera conectar, algo con lo que la gente pudiera identificarse, algo que establezca un lenguaje propio para la marca. Así que encontramos en el nombre de este bar la respuesta: Los Parranderos, el tipo de mercado que nos interesa y el tipo de personas con características únicas e irrepetibles que amenizan todo tipo de fiestas.
"Todos tenemos un parrandero dentro y no hay mejor lugar para sacarlo que La Parranda". Creamos una serie de parranderos que utilizamos como los personajes principales de la campaña, los cuales tenían como objetivo lograr conectar con nuestra audiencia de una forma diferente y novedosa, posicionado de nuevo a este bar como el lugar indicado para parrandear.La campaña tuvo tanto impacto que uno de nuestros parranderos, el parrandero Fidel, fue clausurado por el Ayuntamiento por petición de la embajada Cubana, pues consideraba esta publicidad, una agresión para su Patria. Hubo notas en Diarios como el Por Esto que dedicaron algunas de sus líneas a esta campaña.
Como parte de los resultados, la afluencia de comensales aumento un 300% durante los meses que estuvo la campaña vigente y el posicionamiento de la marca aumentó considerablemente pues la gente volvió a hablar y acudir a este bar.